lunes, 1 de junio de 2015

¿Le debo dar mesada a mis hijos?

Un tema que desde mi punto de vista no tiene enfoque correcto o incorrecto, los que me han leído en publicaciones anteriores saben que cuando fijo mi postura en algo soy firme, pero en esta ocasión no creo que sea correcto mantenerme obligadamente de un lado u otro de la discusión, me parece más bien que esta es una cuestión que cada familia debe decidir y la manera de enseñar a sus hijos a ahorrar y valorar el dinero dependerá mucho de la concepción de cada una hacia el mismo. 

Así pues, me limitaré a dar una perspectiva psicológica al tema para intentar esclarecer algunos puntos, y con la intención de ayudarles a decidir qué es lo mejor para su familia.

¿Qué pretende enseñar el dar mesada o "domingo" (como le llamamos en México) a los niños? 

La idea original de esta práctica viene por la necesidad de que los niños aprendan a cuidar el dinero, a valorarlo y a darse cuenta de que todo lo que quieran tener deben ganarlo con esfuerzo, las cosas no se obtienen por arte de magia ni tampoco es posible tener todo lo que se desea, hay cosas que simplemente nunca se podrán tener. 

La idea de inicio es buena, pero se ha distorcionado un poco con el paso del tiempo y la creatividad de los padres y ahora podemos encontrarnos con algunos problemas, por ejemplo: el niño que desea comprar algo que sus padres no autorizan, al momento de pagar con el dinero que ha ganado, los padres simplemente no podrán tener ingerencia en la decisión, ya que es SU dinero y puede hacer con el lo que quiera ¡terrible error!, los niños antes de los 10 años (y algunos más grandes) realmente no saben lo que quieren y mucho menos lo que les conviene, así que una compra de este tipo puede ser motivada por un capricho y sin reflexión previa y terminar siendo un error que acarree problemas.

Otro conflicto que se puede dar es confundir al niño con lo que tiene que hacer porque es su obligación y lo que hace por ganar ese dinero, es decir, si a un niño se le dice por ejemplo: "si me ayudas a recoger tus juguetes de doy dinero para tu alcancía", el niño pensará que hacer esto es un "trabajo", cuando la realidad es que debe recoger los juguetes al terminar de jugar aunque no se le pague nada, es su obligación. Si esto se maneja así, llegará el punto en el que el niño no querrá hacer absolutamente nada si no obtiene dinero a cambio y eso si que será un problema de educación porque entonces como padres habremos perdido toda autoridad y estaremos esclavizados por un niño manipulador.

¿A partir de qué edad es recomendable comenzar?

Desde mi punto de vista no antes de los 7 u 8 años, ya que más jóvenes, los niños no comprenden el valor real del dinero, ni como se obtiene, ni como se administra o por qué. Si comenzamos muy pronto podemos confundirlos y crearles angustias u obsesiones innecesarias que crearán adultos tacaños o delapidadores.

Tipos de mesada:

Fija: se selecciona un dia a la semana y una cantidad que será inmodificable.

Variable: se puede ir cambiando la cantidad pagada o incluso el día, así podrán haber semanas en las que no hubo ningún pago y otras en las que se pagó dos veces dependiendo del comportamiento del niño. 

¿Y los niños que no reciben dinero? 

Muchos padres que dan mesada a sus hijos están convencidos de que si no lo hicieran los niños crecerían siendo malos administradores y derrocharían cuanto dinero pasara por sus manos. Dejenme decirles que esto no es cierto, es un mito, hay muchos adultos hoy en día que nunca recibieron dinero semanal por parte de sus padres y saben perfectamente el valor del dinero y como manejarlo y hay muchos otros que apesar de haber pasado años llenando el cochinito con los domingos hoy gastan en tonterías y no tienen nada en el banco. 

¿Por qué se da esto? me parece que es una cuestión de personalidad y educación. La idea que nosotros como padres tenemos del dinero pasará inevitablementea nuestros hijos casi por osmosis, ellos ven cómo nos comportamos al ir de compras, al decidir un viaje, un regalo, al pagar las deudas, al ahorrar. No es necesario darles una cátedra de finanzas personales porque diariamente están absorbiendo los mensajes que les mandamos con nuestros comportamientos. 

Por otro lado, tenemos las etapas de desarrollo de Sigmund Freud (neurólogo y padre del psicoanálisis) quién definió varias etapas por las que todos pasamos desde el nacimiento hasta la adultez, la etapa que va de los 2 años y medio a los 4 se denomina etapa anal, en esta los niños aprenden a controlar esfínteres, dejan el pañal y se dan cuenta de que el llegar al baño sin accidentes y aguantar hasta estar ahí hace feliz a sus padres, por lo tanto repetirán o no la conducta dependiendo de si quieren hacerlos felices o quieren hacerlos enojar o retarlos (si, así son los niños). 


¿Y qué tiene que ver todo este rollo de preescolares con el ahorro de dinero en niños más grandes?.

Pues bueno, para no meterme mucho en temas de psicoanálisis y etapas de desarrollo, me quedaré en que una fijación (quedarse estancado) en la etapa anal puede promover conductas tacañas y obsesiones con el dinero en personas mayores, esto por que el lograr dominar esfínteres significa control y quien no superó correctamente esta etapa (psicológicamente hablando, no me refiero a quien no llega al baño a tiempo) deseará tener control todo el tiempo de lo que tiene y lo que deja ir, de niños era excremento lo que se controlaba, de adultos es dinero. 

Para quien no es psicológo esto suena a broma, y pensarán que estoy loca, pero de verdad así funciona. De cualquier manera, si no me expliqué muy bien en las lineas anteriores puedo volver al tema o hablar de todas las demás etapas si me lo piden aquí en el blog o por facebook www.facebook.com/eldivandelorena

Una última recomendación, es importante dejar en claro desde el principio que la decisión de compra no caerá unicamente sobre el niño, los padres podrán opinar o prohibir ciertas compras, esto con moderación, por favor tampoco presionen al niño para comprar algo que no quiere o gastar una cantidad que no esta dispuesto a desembolsar. La decisión en gran medida será de él pero no por esto estamos como padres fuera de la jugada.



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