lunes, 18 de mayo de 2015

Anorexia y bulimia: información desde la experiencia de vida

Todos alguna vez hemos oído de la anorexia y la bulimia, los que ahora tenemos menos de 35 años fuimos atiborrados de información al respecto, cómo evitarla, qué hacer para no caer en estos trastornos, cómo identificar los sítnomas de alarma en nosotros mismos o en amigos. Y es que antes no se sabía mucho al respecto, pocos estudios de la psicología se enfocaban a estos trastornos, pero ahora es difierente, existen campañas muy fuertes al respecto para tratar de revertir las alarmantes cifras que día con día aumentan, se culpa a la sociedad, a la mercadotecnia y publicidad, a los productos light y a las modelos, pero ¿es todo esto el orígen del problema?. A mi parecer no es así, pero vamos viendo algo de información y después ustedes me dirán cuál es el verdadero orígen. 


 Tanto la anorexia como la bulimia se dan en la adolescencia, aunque la realidad es que cada vez se extienden más en niñas y en adultos jóvenes que ya no cabrían dentro de la categoría de adolescentes. Las más afectadas suelen ser las mujeres, aunque también algunos hombres las padecen pero en una proporción menor.  

A pesar de verse como dos trastornos independientes, habría que aclarar que generalmente van de la mano, es decir, se comienza con una y posteriormente se adquiere la otra, presentando ambos trastornos al mismo tiempo.

La anorexia se caracteriza por la evitación total o parcial de alimento para mantenerse delgado, algunas personas comienzan evitando solo algunos tipos de comida que pueden ser dañinos para la salud, pero con el tiempo cada vez más alimentos se agregan a la lista, incluso los más saludables, hasta llegar a un punto en el que consumen muy pocos o ninguno y en cantidades muy pequeñas.

La bulimia por su parte, funciona a la inversa, las personas que la padecen buscarán darse atracones de comida sin importar si es saludable o no, comerán hasta sobrepasar la saciedad y posteriormente se inducirán el vómito para no absorber todo lo que consumieron y así evitar engordar. 

En ambos casos los jóvenes que las padecen manejan niveles de ansiedad muy altos, además de que tienen una imágen corporal distorcionada, al verse al espejo verán lonjas, grasa, celulitis, cuando en realidad están claramente en los huesos, aquí es donde es trastorno psicológico aparece, la mente los engaña, les hace ver gordos y desagradables para el resto del mundo, cuando en realidad están excesivamente delgados y todos a su alrededor notan que su pérdida de peso ha llegado muy lejos.

Actualmente, la tecnología a veces no ayuda y para fomentar este tipo de problemas tenemos varios foros y blogs donde los chicos intercambian dietas y consejos para continuar con su trastorno, se ayudan y echan porras cada vez que bajan de peso o logran dejar de consumir algún alimento, es por esto que lo digo ahora y lo diré siempre: Papás y mamás por favor, estén siempre atentos a lo que sus hijos ven en Internet, no solo por este tipo de páginas tan dañinas sino por que hay muchos peligros ahi para ellos, ¡no los descuiden!

Pero volviendo al tema de la anorexia y la bulimia, desde el punto de vista de la psicología, este tipo de pacientes generalmente está lidiando con lo que llamamos un edipo no resuelto, esto quiere decir que en algún momento de su niñez se sintieron faltos de afecto o de identificación con alguno de sus padres, no entraré más en detalles al respecto ya que es tanta la información que hay de esto que podría escribir un tratado solo con la explicación del edipo, nos quedaremos solo con la parte de que un edipo no resulto conlleva baja autoestima, inseguridad y temor de ser rechazado, por lo tanto, al llegar a la adolescencia estos chicos buscan ser aceptados, tener el mejor cuerpo y ser los más guapos para darse seguridad, pertenecer a un grupo de amigos, ser atractivos al sexo opuesto y mejorar así su autoestima. 

Desde luego que todo esto es inconsciente, ellos no saben que todas estas ideas están pasando por su mente, pero con psicoterapia y trabajando sus recuerdos y emociones pueden llegar a comprenderlo y así dejar estas conductas nocivas por unas más saludables. 

Ahora si, pasemos a la parte de la experiencia que prometí en el título de este artículo: hace ya algunos años (más de los que quisiera admitir), tuve muy de cerca un caso de anorexia extrema, era una compañera de la preparatoria, a quien conocía desde la primaria, era una niña simpática y antes de caer en este trastorno era de complexión normal, no flaca, no gorda, simplemente normal. 

No sabría decir exactamente que la llevó a sentir que necesitaba mejorar su figura, pero recuerdo que comenzó a privarse de algunos alimentos que consumía frecuentemente, cada vez más y más se iban agregando a la lista de los "no consumibles" ya fuera por los carbohidratos, el azúcar, la sal, la grasa, etc, etc. Debieron haber pasado dos o tres años desde que todo comenzó hasta que realmente tocó fondo. 

Para cuando estábamos en el último año de preparatoria era realmente grave la situación, casi nunca iba a la escuela, el cansancio y la anemia no se lo permitían, cuando iba se quedaba dormida sobre el escritorio toda la mañana, era incapaz de mantener la atención en clase y ya no hablemos de tomar apuntes o estudiar para un examen y es que el cerebro trabaja solo con glucosa y sin esta en el organismo le estamos pidiendo imposibles, el cuerpo busca entonces otras fuentes de energía pero ¿qué pasa si no se come nada de nada? ¡pues no las encuentra! y cuando esto sucede empieza a consumir las reservas que tiene pero en estos casos tampoco hay reservas ya, así pues, su salud empezó a deteriorarse, perdió la menstruación, el pelo se le caía y todos los dias corría a la báscula, si había subido 100 gramos o 200 ya era ganancia.

Vanos fueron los esfuerzos de maestros y compañeras por ayudarla y es que en estos casos lo que se necesita son médicos, nutriólogos, psicólogos y psiquiatras alrededor, en equipo, los cuatro, si faltara uno de estos los resultados no serán tan favorables ni tan rápidos. 

El apoyo familiar es importantísimo también, debe haber comprensión y mucha paciencia, recordemos que estos pacientes no se dan cuenta de lo que les sucede internamente ni del dolor que causan en las personas que les rodean y les quieren ver bien. 

Así pues, nuestra amiga terminó con mucho esfuerzo la preparatoria, se inscribió entonces en una universidad, pero como era de esperarse no tuvo éxito y dejó inconclusa la licenciatura, hoy por hoy vive pero no vive. Hizo demasiado daño a su cuerpo y su cerebro lo resintió, ya no es capaz de valerse por si misma y necesita ayuda y compañía todo el tiempo, perdió gran parte de la memoria a largo plazo e incluso ha olvidado sus épocas en la escuela y a sus amigas.  

El objetivo de escribir todo esto tiene dos partes: una de ellas va dirigida a quienes viven con estos trastornos y quieren salir del problema, para que busquen ayuda, existe solución, hay remedio para esto, pero como dije arriba, necesitan apoyarse de un equipo de profesionales para lograrlo, con la sola voluntad no se podrá. 

La otra parte va para quienes tienen cerca a alguien así, se que a veces es dificil y se pierden los estribos con facilidad, lo comprendo, pero deben saber que lo que ellos necesitan es atención profesional y apoyo, comprensión, paciencia. No servirá de nada gritar, regañarlos, humillarlos, solo los harán sentir menos de lo que ya se sienten y esto empeorará la situación. 

Espero que esta información les haya ayudado y como siempre, quedo abierta a recibir comentarios o dudas, recuerden contactarme por facebook en: www.facebook.com/eldivandelorena o en este mismo blog en la sección de abajo para comentarios.

¡Saludos!


 




No hay comentarios.:

Publicar un comentario