domingo, 3 de mayo de 2015

Berrinches en preescolares ¿Por qué lo hacen? ¿Cómo evitarlo?

Los berrinches o rabietas en niños pequeños son muy comunes, no por esto dejan de ser molestos y avergüenzan a los padres cuando suceden en público. No todos los niños son propensos a reaccionar asi, incluso hay niños que pasan la etapa de los berriches sin haber hecho uno solo, en cambio hay otros que los hacen dos o hasta tres veces por día, arrasando con la paciencia y buena voluntad de los padres que terminan por perder los estribos y empeorar la situación.


Pero ¿por qué se dan los berrinches en niños pequeños?
Puede haber muchos factores que desencadenen una rabieta, pero lo que tienen en común es que su orígen está en la frustración, los preescolares todavía no saben reconocer bien algunas de sus emociones y mucho menos controlarlas, así que ante algo que no les parece bien se frustrarán y al no saber que hacer con la emoción explotarán llorando a gritos, patadas y aventando cosas.

Otro motivo es que a esta edad se da lo que se conoce como la "primera adolescencia", los niños buscan poner límites entre ellos y los padres, quieren ser autónomos y constemente están probando hasta dónde pueden llegar sin que se les ponga un alto. No es que sean rebeldes, es simplemente que están dejando de ser bebés  para convertirse en niños y ellos lo saben, así que buscarán arriesgarse, explorar y pasar los límites que han tenido hasta ahora para comprobarse a si mismos lo independientes que son, lo malo es que normalmente se les ocurren cosas que los adultos calificamos como inapropiadas o peligrosas y cuando se los hacemos ver estallan en frustración y enojo. 

 Y entonces, ¿cómo marcar límites sin llegar a la explosión?
Pregunta complicada, ya que cada niño tiene una personalidad diferente y reaccionará distinto a nuestra imposición de límites. Aún así, hay algunas cosas que podemos hacer en todos los casos y probar para saber cual funciona mejor con nuestro niño.

Es importante mencionar que debemos como padres aprender la diferencia entre lo que definitivamente no se puede permitir y lo que se puede aceptar aunque no nos guste la idea. Por ejemplo:
Definitivamente no podemos permitir que salga a la calle sin zapatos o en ropa interior, esto no está a discusión y así debemos hacerselo saber al niño. 
Por otro lado, hay cosas que, aunque no nos encante la idea podemos permitir, como por ejemplo usar una chamarra que el niño haya eligido en vez de que lleve la que teníamos pensada.

Así pues, hay que saber elegir qué batallas vamos a ganar y dejarle ganar algunas también (las más pequeñas), de esta manera sentirá que tiene poder de decisión y autonomía, aunque realmente no esté eligiendo nada priomordial. 

Otra cosa que podemos intentar es adelantarnos al berriche, si sabemos que proximamente tendremos que hacer algo que al niño no le va a gustar y desencadenará una rabieta, podemos irlo "preparando psicológicamente", hablar con él, explicarle con paciencia y sin regaños ni amenazas lo que sucederá y por qué tiene que ser así, es posible que el niño siga sin estar de acuerdo, pero por lo menos la rabieta no llegará al punto máximo al no tomarlo por sorpresa.

Un punto importantísimo en este tema, si no es que el más relevante, es no ceder después de la rabieta, es decir, seguir más o menos esta dinámica:
1. El niño quiere jugar
2. Le decimos que no puede porque es hora de dormir
3. Inicia el berrinche
4. Accedemos y lo dejamos jugar
5. Tu hijo aprenderá que reaccionando así obtendrá lo que quiere y lo repetirá cada vez que quiera conseguir algo.

Este aprendizaje no es sacado de la creatividad del niño, tiene un fundamento básico descubierto y estudiado desde hace muchos años por el fisiólogo ruso Iván Pavlov quien al hacer experimentos, descubrió que si se premia una actitud (como ceder en este caso) se refuerza positivamente y se repetirá ya que se ha aprendido. Si tu hijo ya aprendió, entonces es momento de reaprender y para esto hay que hacerlo que olvide que su comportamiento obtendrá recompensa.

¿Qué hacer cuando está en pleno berrinche?
  • No ponerse al nivel del niño gritando y manoteando, esto solo empeorará las cosas ya que ambas partes irán subiendo el tono de su enojo y al final nadie habrá ganado.
  • No intentes calmarlo premiandolo (recuerda a Pavlov), no le ofrezcas dulces o regalos, tal vez logres calmarlo pero aprenderá que su comportamiento da frutos.
  • No llegues a los golpes, es posible que tu enojo te supere y quieras calmar a tu hijo dándole nalgadas o pellizcos, tampoco funcionará por que solo se frustrará más y al final, te sentirás arrepentido por agredirlo.
  • Si la rabieta ocurre en un lugar público, comienza por desconectar tus ojos y oídos de los comentarios y miradas de las demás personas, para todos es muy fácil criticar pero si se encontraran en tus zapatos seguramente tampoco sabrían qué hacer. Tu hijo no es el primer ni el último niño que hace berrinches.
  •  Si te es posible, intenta no reaccionar ante la rabieta, puedes mirar al niño con desaprobación y seguir lo que estabas haciendo, tarde o temprano se calmará y se dará cuenta de que no surtió el efecto esperado, después de varias veces con esta misma reacción aprenderá que no obtiene nada más que agotamiento y comenzará a disminuir la intensidad de sus berrinches.
Generalmente estas situaciones comienzan a ceder y terminan por desaparecer alrededor de los 5 años, pero cuidado, un niño berrinchudo mal llevado puede dejar de tener crisis de llanto para convertirse en un niño mal criado pasando esta edad, así que mientras más pronto se corrigan los errores y se calmen las aguas, será mejor para el futuro de ambas partes.

Cualquier otra duda o comentario pueden envíarla mediante este blog, por facebook: www.facebook.com/eldivandelorena o a mi correo: lorena.amescua83@gmail.com

¡Saludos! y gracias por sus likes y shares.
 
 

 



No hay comentarios.:

Publicar un comentario