Parece haber pocos momentos más emocionantes en la vida de una pareja de novios que el decidir casarse, desde el primer momento pareja y familia se vuelcan sobre las decisiones de la boda, invitados, fiesta, comida, lugar de la recepción, vestido de la novia, música, etc etc etc.
Cada uno de los novios comienza a formarse una idea de cómo será su nueva vida, que hará, como funcionará, que espera y que no desea que suceda, muchas veces estas ideas se empiezan a crear desde la juventud y adolescencia, parte de ellas estará influenciada por los matrimonios que han conocido a lo largo de la vida y desearán ser o no como ellos.
A estas ideas o fantasías que se van formando les llamaremos contrato individual y cada uno dentro de la pareja tiene el suyo, pero normalmente no se lo comunican a nadie porque sienten que es algo lógico pensar así, que todos pensarán igual y lo dan por hecho. ¡Error garrafal!, nadie piensa como uno mismo ni nosotros sabemos qué pasa por la mente del otro, por mucho que lo conozcamos y por muchos años de noviazgo que nos respalden, siempre habrá sorpresas una vez iniciada la vida en matrimonio y es aquí donde los contratos individuales de cada uno chocan provocando los famosos y tan comunes: conflictos de pareja.
No es raro oir decir a las parejas casadas en el consultorio: "es que me casé pensando que sería diferente, estoy decepcionad@, no es lo que esperaba".
Y ¿cómo querían que fuera si en ningún momento platicaron con su pareja acerca del contrato individual de cada uno?.
La comunicación es la base de toda relación sana y fructífera, si ya te encuentras en este punto en tu matrimonio, lo mejor será que comienzen a platicar entre ustedes: ¿qué es lo que esperan, qué les gusta, qué no? y empiecen a planear juntos, en equipo, qué objetivos de estos contratos individuales son viables y cuales son imposibles, cómo llegarán a ellos y lo que cada uno debe hacer y cambiar para mejorar y apoyar a este nuevo contrato que estan realizando. Ya no será un contrato individual, será uno completamente nuevo, uno donde ambos hayan participado y estén de acuerdo.
Procuren hacerlo en un momento en que ambos estén de buen humor, tranquilos y con tiempo, si lo tratamos de hacer a la carrera o enojados, simplemente no funcionará y estará condenado a fallar desde el primer minuto.
En este nuevo contrato deben tratar temas como:
- El dinero: cómo lo manejarán, quien lo aporta, quien lo administra
- Tipo de compañia esperada: fidelidad, dependencia, exclusividad, etc.
- Hijos: si desean tenerlos o no, cuantos y cuando
- Responsabilidades del hogar: quien es el responsable de cada una
El último punto, quizá el más importante de todos, es tener ganas e intenciones de cambiar. No sirve de nada hablarlo, hacer un nuevo contrato, darle miles de vueltas e incluso ir a terapia de pareja sino se esfuerzan por mejorar y cambiar para hacer que la unión funcione.
Espero les haya sido útil esta información, agradeceré sus likes y shares y recuerden que pueden contactarme en www.facebook.com/eldivandelorena o dejando un mensaje en este blog en la sección de abajo.
¡Saludos!
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