viernes, 3 de abril de 2015

Golpes, insultos, castigos y gritos ¿funcionan en la educación de los hijos?


Hace algunos años supe de una mujer que le pegaba a su hijo frecuentemente, llegó al punto de provocarle sangrados en la cara, no podía controlarse, el niño tenía 6 meses...

¿Una historia fuerte verdad?, podríamos decir a esta mujer: ¡pero estas loca!, ¿cómo se te ocurre corregir a un bebé que ni siquiera tiene consciencia de lo que hace de esa manera?, pues sucede, como también sucede en niños mayores, incluso adolescentes, ¿qué decir a estos padres?, bueno pues comenzar por el principio:

Un padre golpeador, amenzante, violento, puede marcar a su hijo de por vida, incluso si la agresión es unicamente psicológica. El gritar, insultar o hacer de menos a un niño deja una cicatriz imborrable en su autoestima, sentirá que no vale, que no es amado, que es un cero a la izquierda.

Por otro lado, un niño maltratado fisicamente, golpeado o castigado podría desarrollar trastornos psicológicos en el futuro. No son pocas las personas que llegan a consulta con claustrofobia, ¿cómo castigaban a este adulto de niño?, encerrándolo en un clóset.

También están los trastornos de ansiedad, probablemente desatados por vivir con una familia explosiva , demandante y posiblemente hostil.

Los problemas para relacionarse con otros o incluso para conseguir pareja no se quedan atrás, imaginemos unos padres que refuerzan en todo momento la idea a su hijo de su poca capacidad para empatizar o para hacer amigos, peor aún si son comparados con otros niños y si a esto le sumamos que algunos padres no acostumbran demostrar cariño a sus hijos, ¿cuál sería el mensaje mandado a estos niños?, ¡exacto!, sería algo así como decirles que no pueden querer a nadie y nadie los querrá nunca por que no valen. Si ni sus propios padres les aman, será imposible que merezcan el amor de alguien más. 

Pero si por otro lado, damos amor, confianza, seguridad a nuestros hijos, les estaremos asegurando un futuro mejor y una fuerte autoestima, pero sobre todo los estaremos respetando.

Pero volvamos al caso que expuse al inicio, tenemos una madre golpeadora que dice no poder controlarse y parece ser que siente culpa por lo que hace, definitivamente necesita ayuda de un profesional, como vimos no es correcto pegarle a un niño, mucho menos a un bebé, esta mujer lo sabe pero no puede evitarlo y eso nos habla de un problema psicológico que en el mejor de los casos se resolverá con psicoterapia.

Si te encuentras o conoces a alguien en esta situación puedes preguntarme, juntos encontraremos la salida.

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