Un tema que me han pedido y que
seguramente a todos nos interesa ya que, en algún momento de nuestra
vida, lo hemos sentido.
El estrés es la respuesta física que
tiene el cuerpo ante una situación o pensamiento tensionante,
algunas personas trabajan muy bien bajo estrés y les motiva sentirse
presionadas, pero cuando el estrés es parte de la vida diaria y está
presente todo el tiempo, entonces ya no es tan positivo y puede dañar
la salud, tanto mental como física.
Si el estrés se prolonga más tiempo
de lo que dura la situación que lo desató puede desencadenar
trastornos psicológicos, como depresión o ansiedad, además de que
conlleva afecciones físicas que pueden incluir: diabetes, problemas
gástricos, hipertensión, dermatitis u obesidad.
Esto me recuerda a un profesor que
durante la universidad nos decia: “recuerden, cuando la gente les
diga que necesitan un dermatólogo para curar el eczema, un
gastroenterólogo para curar una gastritis o un cardiólog para
ayudarle a bajar la presión arterial, ustedes respondan que además
del tratamiento que el médico sugiera, vayan con un psicológo, ya
que en muchas ocasiones estos trastornos son de origen emocional”.
En muchas ocasiones el estrés
desaparece por si solo sin necesidad de hacer nada, pero en otras no
solo no desaparece, sino que además va empeorando cada vez más y
agrega síntomas físicos o psicológicos nuevos.
Hace algunos años, conocí a un
paciente que comenzó con pequeños miedos a cosas sencillas, después
se fueron volviendo cada vez más intensos y empezó a tener miedo, o
incluso fobia a salir de su casa, comentaba que el hecho de tener que
caminar unos cuantos pasos fuera de su casa para recoger el correo o
dejar la basura le pàrecía practicamente imposible, tenía un miedo
terrible a que algo malo le sucediera mientras estaba fuera y
procuraba ir y volver lo más pronto posible para evitar esa
sensación de malestar y temor que le producía estar fuera de su
casa.
Este aislamiento hubiera terminado
indudablemente en depresión, por suerte para él, buscó ayuda
psicológica y poco a poco con ayuda de una terapia y un tratamiento
con fármacos recomendado por el psiquiatra, comenzó a retomar su
vida y a volver a realizar las actividades cotidianas sin ningún
problema, esto no quiere decir que nunca haya vuelto a sentir miedo o
angustia, en efecto, se pueden repetir algunos episodios, pero con un
tratamiento adecuado se adquieren las herramientas para poder
controlarlos y seguir adelante.
Es momento de buscar ayuda cuando se
tienen síntomas por estrés como: taquicardias recurrentes, mareos,
miedos irracionales, imposibilidad de realizar actividades que antes
se hacían con normalidad, sentimientos de angustía o depresión.
Cualquier pregunta o comentario no
dudes en hacermelo saber, ¡la salud es prioridad!
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