martes, 7 de abril de 2015

¿Familia funcional u hostil?

En esta ocasión tocaré un tema que tal vez sea un poco polémico y es el de los estilos familiares. Todos tenemos creencias arraigadas acerca de como es la mejor manera de relacionarnos con nuestra familia, pero hay ocasiones en que es difícil saber la manera correcta de hacerlo, incluso, muchos conflictos familiares no encuentran solución debido a un incorrecto manejo del sistema familiar.

Pero empecemos por el principio: a mi manera de ver hay dos tipos de familias: las hostiles y las funcionales, todas las familias caen en alguna de los dos la mayor parte del tiempo, pero a veces es posible pasar de una a la otra dependiendo las circunstancias del momento.

Así pues, tenemos que en las familias hostiles las reglas suelen ser muy estrictas, la relación entre padres e hijos es de excesivo respeto y distante, esto genera poca confianza y comunicación entre ellos, los castigos, acusaciones y sentimientos de culpa están a la orden del día, esto provoca un ambiente familiar desagradable, con integrantes de baja autoestíma, con temores e inseguridades y desde luego, para este tipo de personas cualquier lugar en el mundo es mejor que su propia casa.

Recuerdo el caso de una familia excesivamente religiosa, la educación con sus hijos era muy estricta, debían ser los mejores en la escuela y en el deporte, los fallos eran castigados fuertemente y todos debían aspirar a la perfección en todo lo que hacían. Las normas eran más adecuadas para el siglo XIX que para la vida actual, había restricciones en todos sentidos: tecnología, juegos, amistades, vestimenta, todo debía ser perfecto y adecuado para los estándares de los padres. 

Cuando uno de los hijos (al que llamaremos Alberto) ganó una beca para estudiar un posgrado en el extranjero, los padres, muy orgullosos del éxito de su hijo, se lo contaron a todas sus amistades, comparaban a los otros hijos con este, que sí había logrado lo que los otros no y no los bajaban de mediocres.

Pero cual sería su sorpresa cuando, después de unos meses de vivir en Estados Unidos, Alberto, les da la noticia de que ya no regresaría a su casa porque había decidido quedarse a vivir allá con una novia con la que compartía departamento y que no tenía intención alguna de casarse ya que creía que la relación funcionaría mejor en unión libre. También había decidido dejar los estudios y trabajar en el estudio fotográfico de su ahora novia.

¿Pueden imaginar la cara de la familia al recibir estas noticias?, no podían creerlo, se morían de vergüenza de pensar lo que diría la sociedad y peor aún, buscaban culpables y errores que causaran que su hijo se volviera un "descarriado".

Les diré el error: el error está en oprimir tanto a los hijos, en ser fríos con ellos, en no generar una conexión positiva entre los integrantes de la familia. Aquí no había lugar para la confianza, para los abrazos, para la comprensión y la aceptación, solo regaños y estándares exigentes que había que cumplir. Es por esto que los hijos vivían bajo estas normas más por temor que por convicción y en cuanto uno de ellos tuvo la oportunidad de probar la libertad, prefirió quedarse en ella y descubrió que la vida es diferente de lo que había pensado.

Por otro lado tenemos a las familias funcionales, este tipo de familias fomenta la comunicacion clara, abierta, las reglas son actualizadas acorde a la situación familiar, la relación entre padres e hijos es estrecha y de confianza, se aceptan las habilidades y capacidades individuales. No se generan sentimientos de culpabilidad cuando algo sale mal, al contrario, trabajan en equipo para resolverlo. Por consecuencia tenemos hijos con un autoestíma y seguridad alta, felices y seguidores de reglas y normas por convicción y no por miedo.

Para lograr tener y mantener un sistema funcional, la tolerancia es  primordial en nuestras relaciones, así como la apertura y el respeto. Si quieren ahondar en este tema pueden echar un vistazo a mis otros artículos acerca de la autoestíma de los hijos y las maneras de educar que he puesto en este blog.

Cualquier comentario, duda o sugerencia no duden en contactarme por este medio o en mi página de facebook: eldivandelorena.

¡Saludos!


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